Poema XII
Los cinco colores nublan la visión.
Las cinco notas aturden el oído.
Los cinco sabores arruinan el paladar.
La prisa y la ambición arrebatan el corazón.
Los objetos preciosos perturban la conducta.
Por eso el sabio se preocupa del cuerpo y no del ojo.
Rechaza lo último y adopta lo primero.
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