¿Está su estómago preparado para las

    comilonas navideñas?

    ¿Ya está sufriendo al pensar en su estómago ante las comilonas que se avecinan? Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Año Nuevo, Reyes, cenas de empresa, con los amigos, con la familia…

    Y no falla. A las comidas y cenas especialmente copiosas, típicas de estas fechas, les siguen los problemas de acidez, ardor de estómago y gastritis. Y es que navidades es sinónimo de excesos en la mesa, en la que no van a faltar embutidos, aperitivos, pesados asados y guisos, dulces navideños y alcohol, y en cantidades que exceden las que solemos tomar habitualmente.

    Todo ello sin duda pasa factura.

    La gastritis es básicamente la inflamación de la mucosa que recubre el estómago, es decir, esa fina capa que tapiza sus paredes. El estómago realiza una variedad de funciones, incluyendo almacenar los alimentos, descomponerlos y exponerlos a los ácidos que secreta, además de actuar como barrera para prevenir el paso de microorganismos al intestino.

    Esta mucosa sufre constantes ataques por parte de factores endógenos (producidos por el propio organismo) y exógenos (medicamentos, alcohol, bacterias…). En condiciones normales, ella misma es capaz de mantener su integridad, defendiéndose y reparándose, cuando no hay factores que la desestabilizan. Y las comilonas navideñas sin duda lo hacen.

    La gastritis puede ser un fenómeno puntual, pero lo más frecuente es que acabe convirtiéndose en crónica.

    Cualquiera que la haya sufrido reconocerá sus síntomas: acidez y ardor de estómago, distensión abdominal (se “hincha la tripa”), dolor en la parte superior del abdomen e incluso náuseas, vómitos y diarreas. Cuando el problema se cronifica, los síntomas aparecen incluso a la mínima, aunque no se hayan hecho grandes excesos.

    Ante este panorama, lo más habitual es correr a la farmacia a por un medicamento que calme los síntomas. Uno de los clásicos es el Omeprazol.

    El Omeprazol es un medicamento terriblemente dañino, sobre todo -y por paradójico que resulte- para el estómago, además de para los riñones. Pretendiendo solucionar un problema, lo que hace es provocar otro peor. Y sin embargo, siguiendo con las paradojas, pese a que los estudios científicos no dejan de sacar a la luz sus riesgos, sigue encaramado al puesto nº 1 entre los medicamentos más consumidos en nuestro país, según los datos del último estudio anual realizado por el Sistema Nacional de Salud.

    Pero mi texto de hoy no es para hablar del Omeprazol. Es para hablarle de cómo ayudar a su estómago a realizar a la perfección sus funciones en esta época de atracones, cuchipandas, banquetes y celebraciones; sin hinchazón, gases ni ardores. De forma totalmente natural. Y no sólo en estas fechas de forma puntual, sino con asombrosos efectos para la salud digestiva también a largo plazo.

    Hablamos del fenogreco como elemento estrella, sabiamente acompañado de la melisa, la salvia y el diente de león, las mejores plantas para lograr efectos positivos increíbles sobre la salud digestiva. Allá vamos:

    • El fenogreco: un potente antiulceroso

    El fenogreco (Trigonella foenum-graecum L) es una leguminosa mediterránea que se encuentra entre las plantas medicinales más antiguas de la historia de la humanidad. Sus semillas contienen multitud de nutrientes y principios activos, en los que radica su indicación terapéutica. Aporta proteínas (en especial los aminoácidos triptófano, lisina y el ácido 4-hidroxiisoleucina), mucílagos (25%), lípidos (6-10%), trigonelina (un tipo de alcaloide), cumarinas, lignina, flavonoides y saponinas esteroideas.

    Es muy eficaz como antiinflamatorio y analgésico (algo muy útil en caso de gastritis), además de tener otras propiedades muy interesantes al margen de la digestión. Por ejemplo, las semillas de fenogreco tienen actividad hipoglucemiante (disminuyen los niveles de glucosa en sangre) gracias a su elevado aporte de fibra (mucílagos), y sobre todo del aminoácido hidroxiisoleucina. Incluso los últimos estudios amplían el campo de actuación de esta planta a la recuperación muscular tras el ejercicio físico y a un aumento de los niveles de testosterona en los hombres.

    Pero ya que antes hablamos del Omeprazol, le contaré algo curioso.

    Investigadores del departamento de Bioquímica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Annamalai Nagar, en India, han hecho un increíble hallazgo. Han comparado el efecto gastroprotector de las semillas de fenogreco en las úlceras gástricas frente al Omeprazol. Y los resultados son espectaculares a favor del fenogreco, que ha demostrado ser más eficaz (aparte, por supuesto, de inocuo) para proteger la mucosa gástrica y prevenir y reducir las lesiones ulcerosas.

    Hay que decir que el experimento se ha llevado a cabo de momento en ratas (los roedores, como sabe, se usan a menudo en los estudios científicos porque, entre otras razones, la estructura orgánica básica en ratones y humanos es la misma a diferente escala), pero los resultados son contundentes y todo apunta a que se pueden extrapolar a las personas.

    • La melisa: efecto antiespasmódico y colerético

    La melisa (Melissa officinalis) se cultiva desde la antigua Grecia por sus virtudes calmantes y, sobre todo, por sus propiedades digestivas. Su acción terapéutica como sedante natural, espasmolítico y antibacteriano radica en los principios activos que se encuentran en sus hojas, las cuales, una vez desecadas, deben contener al menos un 3% de ácido rosmarínico. Esta actividad terapéutica resulta de especial interés cuando el estrés es uno de los factores desencadenantes o agravantes de los problemas digestivos (esa sensación de que los nervios “se agarran al estómago”).

    Las investigaciones científicas que han puesto de manifiesto estas propiedades han hecho que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos sanitarios, como la Cooperativa Científica Europea de Fitoterapia (ESCOP) aconsejen el uso de la melisa, especialmente en el tratamiento sintomático de los trastornos digestivos, como el dolor, los espasmos gastrointestinales y la hinchazón abdominal.

    Estudios actuales consideran además a la melisa como una planta multiusos, ya que ayuda a reducir el ritmo cardíaco, mejora la capacidad cognitiva y, gracias a su aporte de polifenoles, tiene actividad antioxidante frente a los radicales libres. ¡Un poco de todo!

    • El diente de león: desintoxicante y estimulante del hígado

    Antiguamente se consideraba al diente de león (Taraxacum officinale) una mala hierba, pero hoy en día son bien conocidas sus propiedades diuréticas. Es un buen depurativo tanto a nivel renal como digestivo. A nivel renal, aumenta la eliminación de líquidos retenidos y ayuda a eliminar toxinas al aumentar la diuresis. A nivel digestivo, ayuda a estimular la función hepática y biliar y, al aumentar la producción y secreción de bilis, resulta especialmente útil para ayudar a digerir comidas copiosas ricas en grasas (¡muy típicas de estas fechas navideñas!).

    Es una planta muy rica en potasio, hierro, calcio, cobre, cilicio y manganeso. También contiene ácidos grasos, colina (un nutriente importante para el hígado), vitaminas del grupo B, vitaminas C, D y K, flavonoides y carotenoides. La raíz produce además insulina y azúcares complejos, así como sustancias que favorecen la multiplicación de bacterias intestinales beneficiosas. Varios ensayos clínicos preliminares indican que algunos preparados que contenían diente de león podían calmar los retortijones y aliviar el estreñimiento y la diarrea.

    • Salvia: contra la hinchazón abdominal y estimulante digestivo

    Las hojas de esta planta (Salvia officinalis) han sido utilizadas desde la antigüedad; tanto es así que la palabra salvia proviene del nombre latino salvare (“salvar”, “curar”) y tanto romanos como egipcios las usaban en multitud de preparaciones. Es una excelente fuente de vitamina K y de hierro.

    Las hojas de salvia están indicadas en caso de inflamación y en trastornos digestivos como acidez o distensión abdominal, así como por su acción laxante y antiespasmódica en los músculos del estómago y los intestinos. Calma los retortijones y desempeña un papel gastroprotector (antiardor gástrico); es particularmente eficaz contra la hinchazón abdominal y los gases intestinales.

    También hay estudios que apuntan a su indicación como hipolipemiante, ayudando a reducir los niveles de grasas circulantes gracias a que estimula la acción hepática de secreción de bilis, una sustancia necesaria para el metabolismo y digestión de las grasas de los alimentos.

    “¡Todos para uno, uno para todos!”

    Como ve, cualquiera de los cuatro ingredientes por separado tiene propiedades francamente interesantes para la salud digestiva pero, como los mosqueteros, juntos es cuando despliegan su máxima eficacia.

    FUENTE

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    El extraordinario aceite de eucalipto:

    un remedio eficaz para casi todo

    El de eucalipto es un aceite esencial de virtudes medicinales excepcionales.

    Se extrae de las hojas secas de un árbol de origen australiano (hoy día presente en medio mundo, también en España), el Eucalyptus globulus, y se compone en un 70% de cineol, un éter de terpeno.

    Sin embargo, los aceites brutos contienen hasta 100 compuestos químicos diferentes. Los principales son 1,8-cineol, alfa-pineno, beta-pineno, alfa-felandreno, limoneno, terpinen-4-ol, aromadendrene, epiglobulolo, piperitona y globulolo.

    Los terpenos son una especie de hidrocarburo natural que producen muchas plantas, y uno de los principales componentes de la resina de las coníferas y del aguarrás (también llamado trementina o esencia de pino).

    Pero volvamos a nuestro eucalipto australiano, el Eucalyptus globulus. Los aborígenes lo tomaban en infusión como remedio natural para los dolores, las congestiones nasales y los resfriados.

    Ya en los años 80 los cirujanos se valían de su aceite esencial como antiséptico durante las operaciones, y en torno a finales del siglo pasado la mayoría de los hospitales ingleses lo utilizaban para limpiar las sondas urinarias.

    Además, desde 1949 el aceite de eucalipto está autorizado en Estados Unidos como insecticida y plaguicida (para matar polillas o garrapatas).

    Efecto analgésico

    Diversas investigaciones apuntan a que el aceite de eucalipto tiene propiedades analgésicas notables, por lo que entre sus efectos está el de disminuir el dolor. Un estudio publicado en la American Journal of Physical Medicine and Rehabilitation concluyó que una mezcla de aceites esenciales de eucalipto y menta piperita “produce una reacción psicológica significativa capaz de reducir el dolor y servir a los deportistas como una forma pasiva de calentamiento”.

    Puede utilizarse también para realizar masajes en caso de artrosis y reumatismos.

    Para las vías respiratorias

    Asimismo, el aceite de eucalipto es eficaz contra los dolores e inflamaciones de las vías respiratorias, la tos, el asma, la bronquitis, la sinusitis… Debe tomarse el aceite diluido por vía oral (es decir, bebiéndolo) o dejar caer una gota de aceite esencial sin diluir sobre el algodón de un bastoncillo, cuyo olor se aspirará regularmente.

    Un estudio publicado en la revista Clinical Microbiology and Infection constató que el aceite de eucalipto poseía una acción antibacteriana sobre los gérmenes patógenos de las vías respiratorias superiores.

    Estimula el sistema inmunitario

    El aceite de eucalipto también sirve para estimular el sistema inmunitario. De acuerdo con otro estudio publicado en BMC Immunology, el extracto de aceite de eucalipto contribuiría a la respuesta inmunitaria innata.

    Puede instalarse en la habitación de una persona enferma un difusor de este aceite esencial, o añadirse unas gotas en el agua de la bañera.

    Regula las secreciones mucosas

    Este aceite puede ser usado, además, para regular la expectoración de secreciones mucosas, al tiempo que contribuye a mantenerlas en un buen estado de humedad.

    Y el mismo efecto tiene sobre la piel, lo cual explica que pueda encontrarse en la mayoría de cremas solares naturales. En ese caso, se mezcla con otros aceites esenciales para diluirlo (aceite de almendra dulce, de argán, de coco virgen…). Yo le recomiendo que empiece por incluir una gota de aceite de eucalipto por cada dos cucharadas de aceite de dilución, y que luego vaya aumentando la dosis según sea necesario.

    Buena para los dientes y la mente

    Este aceite también es efectivo contra las bacterias responsables de las caries y las inflamaciones de las encías. De hecho, esa es la razón por la que a veces nos lo encontramos entre los componentes de las pastas dentífricas o los enjuagues bucales. También existen numerosísimas grageas, chicles y caramelos con sabor a eucalipto.

    Sus compuestos orgánicos volátiles (COV) ofrecen un efecto refrescante y estimulante. Son muy eficaces en caso de agotamiento mental o nervioso, ya que estimulan la actividad intelectual y el flujo sanguíneo en el cerebro.

    Combate los mosquitos

    El uso del aceite de eucalipto en cualquiera de sus formas por lo general aleja a los insectos, algo que no está de más tener en cuenta, ya que nos vemos amenazados por virus y enfermedades que ellos transmiten.

    Elabore su propio aceite esencial de eucalipto

    El aceite esencial de eucalipto se extrae de sus hojas frescas recogidas de las ramas más jóvenes. Se destila al vapor, pero el proceso de elaboración es muy simple.

    De hecho, usted mismo podría fabricarlo en su propia casa, ahorrando algo de dinero y asegurándose un producto recién elaborado y del que siempre podrá disponer cuando lo necesite.
    Aquí le dejo la receta de aceite de eucalipto del Dr. Joseph Mercola que podrá preparar usted mismo.

    Ingredientes y material necesario:

    • Una báscula de cocina.
    • 25 g de hojas de eucalipto (puede comprarlas en una herboristería).
    • 1 litro de aceite de oliva u otro aceite de dilución.
    • Una olla a presión.
    • Un colador fino.
    • Un recipiente opaco y hermético.

    Preparación:

    • Desmenuce con cuidado las hojas con sus dedos para liberar los aceites.
    • Después meta las hojas en la olla a presión, añada el aceite y tápela. Póngala a fuego mínimo y deje la mezcla cocerse durante seis horas.
    • Filtre el aceite obtenido con un colador y guárdelo en un frasco hermético bien cerrado.

    Lo mejor será que escriba la fecha de ese día en el recipiente. El aceite de eucalipto debe conservarse en un lugar fresco y seco y puede utilizarse durante seis meses. Si fuese necesario, podría guardarlo en uno de los estantes menos fríos de su nevera (el reservado a las verduras, por ejemplo); ahí puede permanecer en buenas condiciones de uso incluso el doble de tiempo.

    Además, el aceite esencial de eucalipto podrá servirle para preparar otro remedio: si mezcla la misma cantidad de éste y de vinagre de sidra, tendrá un fabuloso bálsamo con el que tratar heridas, forúnculos y picaduras de insecto.

    ¿Es peligroso el aceite de eucalipto?

    Los aceites esenciales son productos activos. Si poseen una alta concentración, queman las mucosas y pueden provocar numerosos efectos secundarios (náuseas, diarreas, vómitos…).

    El aceite de eucalipto fabricado según las indicaciones anteriores nunca será peligroso para un adulto, ya que se aplica sobre la piel. Sin embargo, sí hay que evitar aplicarlo sobre la cara o la nariz de niños menores de dos años.

    Para uso interno (es decir, ingiriéndolo por vía oral), consulte siempre previamente con su médico.

    Por lo general, las mujeres embarazadas y lactantes deben ser especialmente prudentes a la hora de utilizar aceites esenciales.

    FUENTE