Al Maestro le sorprendió escuchar un enorme follón
Cuando se dirigía a su patio. Le dijeron que uno de los
Causantes del altercado era un discípulo suyo, y él mandó
Que se lo trajeran y le preguntó cuál era la causa de todo
Aquel estrépito.

“Ha venido a visitarte una delegación de intelectuales, y yo
Les he dicho que tú no malgastas tu tiempo con personas
Que tienen la cabeza atiborrada de libros e ideas, pero
Vacía de sabiduría, porque ésa es la clase de personas que,
Con su engreimiento, originan en todas partes los dogmas y
Las divisiones entre la gente”.

El Maestro sonrió y musitó: “¡Qué verdad es ésa….! Pero
Dime: ¿no será tu propio engreimiento, al pretender ser
Diferente de los intelectuales, la causa de este conflicto y
De esta división?”