Las personas verdaderamente religiosas
Observan la Ley.
Pero ni la temen….
“¿Cómo se gana usted la vida?”, le preguntó una señora a
un hombre joven durante un “cocktail”.
“Soy paracaidista”.
“Debe de ser tremendo saltar con paracaídas…”, dijo la
Señora.
“En fin…, tiene sus malos momentos, sí”.
“¿Y cuál ha sido su más terrible experiencia?”
“Bueno”, dijo el paracaidista, “creo que fue una vez en que
Caí en un césped en el que había un letrero que decía:
“PROHIBIDO PISAR LA HIERBA”.
…ni la reverencian…
Un sargento preguntó a un grupo de reclutas por qué se
Usaba madera de nogal para la culata del rifle.
“Porque es más dura que cualquier otra madera”,
Respondió uno de ellos.
“Incorrecto”, dijo el sargento.
“Porque es más elástica”, dijo otro.
“Incorrecto también”.
“Porque tiene mejor brillo…”
“Ciertamente, tenéis mucho que aprender, muchachos. ¡Se
Emplea madera de nogal por la sencilla razón de que así lo
Dicen las ordenanzas!”
…ni la absolutizan…
Un empleado del ferrocarril informó de un asesinato
Ocurrido en un tren en los siguientes términos: “El asesino
Accedió al vagón desde la plataforma, asestó cinco salvajes
Puñaladas a la víctima, cada una de las cuales era mortal
De necesidad, y abandonó el tren por la otra puerta,
Apeándose en la vía y, consiguientemente, transgrediendo
Las normas de la Compañía de Ferrocarriles”.
Le criticaban a un noble el que hubiera incendiado la catedral.
Y él dijo que lo lamentaba de veras, pero que le habían
Informado –erróneamente, como demostraron los hechos- de
Que el Arzobispo se encontraba dentro.
* * * *
En una pequeña ciudad, un hombre marcó en el teléfono
El 016 y pidió que le pusieran con Información. Al otro
Lado del teléfono se oyó la voz de una mujer: “Lo siento,
Tendrá que marcar el 015”.
Cuando hubo marcado el 015, le pareció escuchar la
Misma voz. Entonces dijo: “¿No es usted la señora con la
Que acabo de hablar?”
“Lo soy”, respondió la voz. “Es que hoy cubro los dos
Servicios”.
…ni la magnifican desproporcionadamente…
El señor Smith había asesinado a su esposa, y la defensa
Alegó enajenación mental transitoria. El acusado se
Encontraba declarando, y su abogado le pidió que
Describiera cómo había sido el crimen.
“Señor Juez”, dijo él, “yo soy un hombre tranquilo y
Ordenado que vive en paz con todo el mundo. Todos los
Días me levanto a las siete, desayuno a las siete y media,
Comienzo mi trabajo a las nueve, lo dejo a las cinco de la
Tarde, llego a casa a las seis, encuentro la cena en la mesa,
Ceno, leo el periódico, miro la televisión y me voy a la
Cama. Así he vivido hasta el día de marras…”
Al llegar a este punto, su respiración se aceleró y un brillo
De cólera asomó en sus ojos.
“Prosiga”, dijo tranquilamente el abogado. “Cuente a este
Tribunal lo que sucedió”.
Aquel día me desperté a las siete, como de costumbre;
Desayuné a las siete y media, comencé mi trabajo a las
Nueve, lo dejé a las cinco de la tarde, llegué a casa a las
Seis y descubrí, consternado, que la cena no estaba en la
Mesa. Tampoco había rastro de mi mujer. De modo que
Busqué por toda la casa y la encontré en la cama con un
Extraño. Entonces le disparé”.
“Describa lo que sintió en el momento en que la mataba”,
Dijo el abogado, visiblemente interesado en subrayar este
Punto.
“Yo estaba inconteniblemente furioso. Sencillamente, me
Había vuelto loco. ¡Señor Juez, damas y caballeros de
Jurado”, gritó, a la vez que golpeaba con su puño el brazo
Del sillón, “cuando yo llego a casa a las seis de la tarde,
Exijo terminantemente que la cena esté en la mesa!”
…ni la explotan.
El mullah Nasrudin se encontró un diamante al borde de
La carretera. Según le ley, el que encuentra algo sólo
Puede quedarse con ello si anuncia su hallazgo, en tres
Ocasiones distintas, en el centro de la plaza del mercado.
Como Nasrudin tenía una mentalidad demasiado religiosa
Como para hacer caso omiso de la ley, y además era
Demasiado codicioso como para correr el riesgo de tener
Que entregar lo que había encontrado, acudió durante tres
Noches consecutivas al centro del mercado de la plaza,
Cuando estaba seguro de que todo el mundo estaba
Durmiendo, y allí anunció con voz apagada: “He
Encontrado un diamante en la carretera que conduce a la
Ciudad. Si alguien sabe quién es su dueño, que se ponga en
Contacto conmigo cuanto antes”.
Naturalmente, nadie se enteró de las palabras del mullah,
Excepto un hombre que, casualmente, se encontraba
Asomado a su ventana la tercera noche y oyó cómo el
Mullah decía algo entre dientes. Cuando quiso averiguar
De qué se trataba, Nasrudin le replicó: “Aunque no estoy
En absoluto obligado a decírtelo, te diré algo: como soy un
Hombre religioso, he acudido aquí esta noche a pronunciar
Ciertas palabras en cumplimiento de la ley”.
Propiamente, para ser malo
No necesitas quebrantar la ley.
Basta con que la observes a la letra.
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